lunes, 15 de noviembre de 2010

Juguemos a mirar las nubes

Seis de la tarde. Todavía no ha caido el sol. ¿Día nublado?
JUGUEMOS. 



Nos encantan. Nos fascinan. Las nubes nos han embobado desde que tenemos consciencia de nosotros mismos. Cualquiera que haya viajado en avión ha podido atravesarlas asustado al ver como se rompían. Y quién no sentado en el asiento del copiloto del coche no ha apoyado la nariz contra el cristal mirando como las nubes de movían de lugar conforme se movía el coche adoptándo multiples y graciosas formas que a algo le recordaban.


Yo veo un conejo. No un conejo con una zanahoría. !Nooo ahora pierde las orejas!.
Mirar un cielo con nubes, acostarse y pararse a contemplarlas viendo cómo se crea una película conforme se mueve el viento  es un gran hobby. Discutir con alguien que visión tenemos del cielo es aparte de una gran escena de las películas un pasatiempo que nos puede llevar largas tardes de discusión y risas, muchas risas, quizás por eso tendamos a repetir.


¿Un perro, un avión,una...nube? Las nubes pueden trasladar nuestras fantasías y ficciónes a sus formas haciéndolas, quizás, un poco más reales de lo que parecen, no solo son compuestos de particulas de agua sino que son verdaderos flubbers moldeables de color blanco y aparente textura esponjosa
Un juego de niños también apto para mayores

DULCE IMAGINACIÓN

Una de violines.